Como cuenta en su delicioso prólogo Derroteros de un periodista poco nato, Alfredo Bryce Echenique reúne en este libro su trabajo periodístico llevado a cabo durante una década. En él evoca su admiración por los grandes ases del «nuevo periodismo» -Capote, Mailer, Wolfe, Talese- y cómo llegó a la conclusión de que, en todo trabajo periodístico, sólo es posible alcanzar la objetividad total mediante una subjetividad bien intencionada. que el autor practica sin desmayo.